Por: Dr. Luis Mario Villela Martínez.
Hematólogo, trasplante médula ósea, medicina interna.
El sistema linfático comprende los ganglios linfáticos (glándulas linfáticas), el bazo, el timo y la médula ósea. El linfoma puede afectar todas esas zonas, así como otros órganos del cuerpo como son hígado, pulmón, testículos, cerebro (sistema nervioso central), hueso, estómago, intestino, piel, así como otros órganos menos comunes.
Existen muchos tipos de linfoma, pero los más frecuentes subtipos son: Linfoma de Hodgkin y Linfoma no Hodgkin que a su vez pueden dividirse en linfomas de origen T y linfomas de origen B.
Intentaremos describir estos grandes tipos de linfoma en forma general, pero cada uno de ellos tiene su particularidad, frecuencia y agresividad.
Linfoma de Hodgkin
Antes conocido como «enfermedad de Hodgkin», es un cáncer del sistema linfático, que forma parte del sistema inmunitario. Puede tiene dos “picos”, es decir de mayor frecuencia, aunque puede afectar a personas de cualquier edad.
El primer pico de frecuencia es de 20 a 40 años, y el segundo, en los mayores de 55 años.
En el linfoma de Hodgkin, las células del sistema linfático crecen de manera anormal y pueden diseminarse mucho más.
Los avances en el diagnóstico y el tratamiento del linfoma de Hodgkin han contribuido a brindarles a las personas con esta enfermedad la posibilidad de una recuperación completa. El pronóstico sigue mejorando para las personas con linfoma de Hodgkin.
Desde el punto de patología los linfomas de Hodgkin se dividen en los siguientes subtipos:
Linfoma de Hodgkin con esclerosis nodular. El linfoma de Hodgkin con esclerosis nodular es el subtipo de LHC más frecuente. Afecta hasta un 80 % de las personas diagnosticadas con LHC. El linfoma de Hodgkin con esclerosis nodular es más frecuente en adultos jóvenes, en especial las mujeres.
Linfoma de Hodgkin clásico rico en linfocitos. Alrededor del 6 % de las personas con LHC reciben un diagnóstico de linfoma de Hodgkin clásico rico en linfocitos. Su aparición es más frecuente en hombres y, generalmente, compromete otras áreas además del mediastino.
Linfoma de Hodgkin con celularidad mixta. Este subtipo de LHC se presenta con mayor frecuencia en adultos mayores. A veces, se desarrolla en el abdomen y contiene muchos tipos diferentes de células.
Linfoma de Hodgkin con depleción linfocítica. El linfoma de Hodgkin con depleción linfocítica es el subtipo menos frecuente de LHC. Solo alrededor del 1 % de las personas con LHC tienen este subtipo. Es más frecuente en adultos mayores; personas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el virus que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
Factores de riesgo:
A veces nos preguntamos que pudo causarnos un linfoma de Hodgkin y la verdad no hay una sola cosa, regularmente son varios y a esto llamamos MULTIFACTORIAL.
Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta la probabilidad de que una persona desarrolle cáncer. Aunque los factores de riesgo con frecuencia influyen en el desarrollo del cáncer, la mayoría no provoca cáncer de forma directa. Algunas personas con varios factores de riesgo nunca desarrollan cáncer, mientras que otras personas sin factores de riesgo conocidos sí lo desarrollan.
Edad. Las personas de entre 15 y 40 años, y los mayores de 55 años tienen más probabilidades de desarrollar linfoma de Hodgkin.
Sexo. En general, los hombres presentan una probabilidad ligeramente mayor de desarrollar linfoma de Hodgkin que las mujeres, aunque el subtipo con esclerosis nodular es más frecuente en las mujeres.
Antecedentes familiares. Las hermanas y los hermanos de las personas con linfoma de Hodgkin tienen una probabilidad más alta de desarrollar la enfermedad, aunque el incremento en el riesgo es pequeño.
Exposición a virus. El virus de Epstein-Barr (VEB) causa la mononucleosis infecciosa, a menudo llamada “mono o enfermedad del beso”. Prácticamente todos los adultos todo el mundo tienen una infección por el VEB.
Alrededor del 20% al 25% de las personas con linfoma de Hodgkin tienen células del linfoma que tienen un resultado positivo en la prueba del VEB. Si bien la respuesta del sistema inmunitario de una persona a una infección por VEB puede ser importante en el desarrollo del linfoma de Hodgkin, los médicos aún no comprendemos por qué cuando tantas personas fueron infectadas por el VEB, relativamente muy pocas personas desarrollan linfoma de Hodgkin, esto probablemente se debe a que nuestro cuerpo tiene células llamada Natural Killer o NK que se encargan de detectar células de cáncer y destruirlas antes de que estas crezcan.
Las personas con infección por VIH (en inglés) también tienen mayor riesgo de desarrollar linfoma de Hodgkin, en particular, linfoma de Hodgkin con depleción linfocítica.
Síntomas y Signos que nos indican la posibilidad de tener un linfoma de Hodgkin.
Las personas con linfoma de Hodgkin pueden presentar síntomas o signos, y a veces, no manifiestan ninguno de estos cambios. La causa de estos síntomas podría ser una afección médica diferente que no sea cáncer. Entre los síntomas o signos frecuentes causados por el linfoma de Hodgkin se incluyen los siguientes:
- Inflamación no dolorosa de los ganglios linfáticos del cuello, las axilas o el área de la ingle que no desaparece en pocas semanas.
- Fiebre sin razón aparente que no desaparece y se presenta principalmente por las tardes o noches.
- Pérdida de peso sin razón aparente.
- Sudores nocturnos, que generalmente empapan las sabanas de la cama o el pijama y por lo que se tienen que cambiar. Esto puede ser diario o días si y días no.
- Prurito, picazón generalizada que puede ser intensa. Hay la característica que al bañarse con agua caliente esta picazón puede ser mayor.
- Fatiga o cansancio.
- Dolor en los ganglios linfáticos que se desencadena con la ingesta de alcohol. Esta es una característica propia de esta enfermedad y se desconoce el por qué.
Si los ganglios linfáticos dentro del tórax o pecho están afectados, pueden causar dificultad para respirar, tos seca que no cede con ningún medicamento o molestia inexplicable en el pecho.
LINFOMA NO HODGKIN y lo abreviaremos como LNH.
¿Cuáles son los factores asociados a Linfoma no Hodgkin?
La causa exacta del LNH es desconocida y la mayoría de las personas con diagnóstico de LNH no sabrá cuál es la causa. Sin embargo, los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de una persona de desarrollar LNH:
Edad. El riesgo de tener LNH aumenta con la edad. Los subtipos más frecuentes ocurren con mayor frecuencia en personas de entre 60 y 70 años.
Sexo. Los hombres son ligeramente más propensos a sufrir LNH que las mujeres.
Infecciones bacterianas. Algunos tipos de LNH se asocian con infecciones específicas. Por ejemplo, se cree que el linfoma del tejido linfoide asociado a mucosas (mucosa-associated lymphoid tissue, MALT) del estómago es causado por una infección de una bacteria conocida como Helicobacter pylori.
Cuando este linfoma se diagnostica en un estadio inicial, a veces desaparecerá si la infección se elimina con antibióticos. Las infecciones también pueden causar otros tipos de linfoma MALT, incluidos aquellos que afectan los pulmones, las glándulas lagrimales y la piel.
Virus. Los virus causan algunos tipos de LNH. El virus de Epstein-Barr (VEB) es el virus que causa la mononucleosis, también conocida como “mono o enfermedad del beso”, y está asociada con algunos tipos de LNH. Estos incluyen el linfoma de Burkitt, linfomas que se presentan después de un trasplante de órgano (ejemplo: riñón, corazón, hígado) y, en ocasiones raras, otros linfomas que se producen en personas que, de otro modo, son sanas. Casi todos tenemos VEB, por lo que es probable que el virus no sea el único factor que determine el riesgo de cáncer. El LNH que se produce por el VEB probablemente sea consecuencia de la incapacidad del organismo de regular el virus. Por lo tanto, las personas que sufrieron mononucleosis no necesariamente tienen un riesgo más elevado de desarrollar un LNH en el futuro. Además, se ha asociado la infección por hepatitis C con un incremento en el riesgo de linfomas de la zona marginal del bazo. Los investigadores también han descubierto otros virus como factores importantes entre las causas de algunos tipos raros de linfoma.
- Trastornos de inmunodeficiencia. Los trastornos del sistema inmunitario, como el VIH/SIDA (en inglés), aumentan el riesgo de LNH, en especial los linfomas de células B agresivos.
- Trastornos autoinmunes. Las personas con trastornos autoinmunes, como artritis reumatoide y síndrome de Sjögren, corren un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de LNH. Algunos medicamentos utilizados para el tratamiento de trastornos autoinmunes pueden aumentar el riesgo de LNH.
- Trasplante de órganos. Los pacientes receptores de trasplantes de órganos tienen un riesgo mayor de desarrollar LNH. Esto se debe a los medicamentos que los pacientes deben recibir para reducir la función del sistema inmunológico a fin de evitar el rechazo del órgano trasplantado.
- Tratamiento previo contra el cáncer. Los tratamientos previos con ciertos medicamentos para otros tipos de cáncer pueden aumentar el riesgo de LNH.
- Exposición a sustancias químicas. La exposición a ciertas sustancias químicas puede aumentar el riesgo de LNH. Esto incluye plaguicidas, herbicidas y sustancias petroquímicas.
- Factores genéticos. Estudios iniciales han descubierto varios cambios genéticos que podrían estar asociados con determinados subtipos de LNH. En la actualidad, no hay pruebas genéticas ampliamente aceptadas para identificar factores de riesgo hereditarios para el LNH o que predigan de modo confiable el riesgo de una persona de presentar LNH. Estos riesgos posibles se están estudiando en ensayos clínicos en curso.
- Implantes mamarios. La colocación de implantes mamarios puede aumentar el riesgo de linfomas de mamas.
- Exposición a la radiación ionizante. Esto puede incluir exposición a la radiación debido a bombas atómicas, accidentes con reactores nucleares y radioterapia médica.
- Dieta/peso. Existe cierta evidencia inconclusa que determina que tener sobrepeso o consumir una dieta con mucha cantidad de comidas grasas o carne roja puede aumentar ligeramente el riesgo de linfoma.
Signos y síntomas para LNH
Las personas con LNH pueden experimentar una variedad de síntomas. No obstante, muchas personas, especialmente aquellas con linfoma folicular, linfoma linfocítico pequeño, linfoma de la zona marginal y subtipos indolentes, no presentarán ningún síntoma. Otras afecciones distintas del linfoma también pueden causar muchos de estos síntomas. Hay muy pocos cambios, o síntomas, que son específicos del linfoma. Esto explica por qué a veces es difícil obtener un diagnóstico. Los síntomas del LNH dependen de dónde se origina el cáncer y del órgano afectado.
Síntomas generales:
- Ganglios linfáticos agrandados en el abdomen, la ingle, el cuello o las axilas
b) Hígado o bazo agrandados
- Fiebre no relacionada con una infección u otra enfermedad
d) Pérdida de peso sin causa conocida
- Sudoración y escalofríos
f) Fatiga
- Ejemplos de síntomas relacionados con una ubicación específica del tumor: Un tumor en el abdomen puede causar distensión abdominal o dolor de espalda o de abdomen. Tener el bazo agrandado puede provocar dolor de espalda y sensación de estómago lleno. Un tumor en la ingle puede causar hinchazón en las piernas. Un tumor en las axilas puede causar hinchazón en los brazos. Si el linfoma se disemina al cerebro, pueden aparecer síntomas similares a los de un accidente cerebrovascular, o convulsiones o simplemente dolores de cabeza muy intensos. Un tumor en el centro del tórax/ dentro del pecho puede ejercer presión sobre la tráquea y causar tos seca que no disminuye con ningún medicamento, dolor en el pecho, dificultad para respirar u otros problemas respiratorios.
¿Cómo se diagnostican los linfomas? Tanto Hodgkin como no Hodgkin
A fin de determinar si una persona padece de LNH, el médico primero obtendrá los antecedentes médicos completos. Este también realizará un examen físico y prestará atención especial a los ganglios linfáticos, el hígado y el bazo. El médico también buscará signos de una infección que pueda causar la hinchazón de los ganglios linfáticos y podría recetar un antibiótico. Si la hinchazón de los ganglios linfáticos persiste después del tratamiento con antibiótico, es posible que la causa no sea una infección. Si el médico sospecha la presencia de un linfoma, recomendará una biopsia, así como análisis de laboratorio y pruebas por imágenes.
Además del examen físico, se pueden utilizar las siguientes pruebas para diagnosticar y manejar el LNH:
Biopsia. Una biopsia es la extirpación de tejido para examinarlo a través de un microscopio. Otras pruebas pueden indicar la presencia de cáncer, pero solo una biopsia permite formular un diagnóstico definitivo y determinar el subtipo. La mejor manera de realizar el diagnóstico es obteniendo el ganglio completo, porque así se valoran varios aspectos como son arquitectura del ganglio, afectación más allá del ganglio y se tiene tejido necesario para estudios especiales como son inmunohistoquímica, citometría de flujo, biología molecular, Hibridación in situ (FISH), citogenética. Para diagnosticar el linfoma, generalmente se extrae tejido de los ganglios linfáticos que se encuentran en el cuello, debajo de un brazo o en la ingle, en ese orden, ya que en ocasiones si son extraídos de la ingle pueden confundirse con procesos infecciosos o inflamatorios crónicos. También puede realizarse una biopsia del interior del tórax, en el mediastino y se haría a través de una aguja especial llamada Trucut o en el abdomen utilizando una tomografía computarizada (TAC o tomografía axial computada) o una ecografía (consulte a continuación), o del estómago o los intestinos durante una endoscopia. La endoscopia es una prueba que permite que el médico observe el interior del cuerpo con un tubo delgado, flexible e iluminado. Es posible que también sea necesario realizar una biopsia de la piel, según el subtipo de linfoma que se sospecha y si se encuentra en la piel.
Contar con suficiente tejido en la muestra para biopsia es muy importante para formular el diagnóstico. Las muestras para biopsia obtenidas con aguja rara vez resultan lo suficientemente grandes como para realizar un diagnóstico definitivo de linfoma, es por eso que se requiere de una biopsia completa del ganglio o llamada excisional. En la mayoría de los casos, es necesario realizar una biopsia profunda o una biopsia quirúrgica para realizar el diagnóstico y clasificar el linfoma correctamente. Posteriormente, un patólogo o un hematopatólogo con experiencia en el diagnóstico de linfomas analiza las muestras. Un patólogo es un médico que se especializa en interpretar pruebas de laboratorio y evaluar células, tejidos y órganos para diagnosticar enfermedades. Un hematopatólogo es un patólogo que cuenta con una formación adicional en el diagnóstico del cáncer de la sangre, en especial en linfomas. Debido a que existen muchos subtipos de linfomas y debido a que algunos de estos subtipos son poco frecuentes o raros, puede ser útil buscar una segunda opinión (en inglés) que incluya una revisión de hematopatología formal de las biopsias de tejido anteriores.
Exploración por tomografía computarizada (TAC). Una exploración por TAC crea una imagen tridimensional del interior del cuerpo utilizando rayos X que se toman desde diferentes ángulos. Una computadora combina estas imágenes en una vista detallada de cortes transversales que muestra anormalidades o tumores. Una exploración por TAC se puede utilizar para medir el tamaño del tumor. En ocasiones, antes de la exploración se administra un tinte especial denominado medio de contraste (yodo), a fin de obtener mejores detalles en la imagen. Este tinte se puede inyectar en una vena del paciente, administrarse en forma de líquido para tragar, o las dos. Un médico que se especializa en realizar pruebas por imágenes para diagnosticar enfermedades, llamado radiólogo, interpreta las TAC. La tomografía computarizada del pecho, el abdomen y la pelvis puede ayudar a detectar un cáncer que se ha diseminado a los pulmones, los ganglios linfáticos y el bazo y el hígado. En ocasiones también se pide una TAC de cráneo cuando se sospecha que el linfoma es primario del cerebro o se ha diseminado al cerebro.
Imágenes por resonancia magnética (Resonancia Magnética Nuclear, RMN). Una RMN usa campos magnéticos, en lugar de rayos X, para producir imágenes detalladas del cuerpo. Las RMI se pueden usar para medir el tamaño del tumor. Se administra un tinte especial denominado medio de contraste antes de la exploración (gadolinio) y más si el/la paciente es ALERGICA al Yodo, a fin de crear una imagen más clara. Este tinte puede inyectarse en una vena del paciente. Un radiólogo interpreta la imagen.
Exploración por tomografía por emisión de positrones (positron emission tomography, PET) o PET-CT. Una PET generalmente se combina con una exploración por TAC, lo cual se denomina PET- CT (en inglés). Sin embargo, es posible que escuche al médico hablar de este procedimiento como simplemente una PET. La PET es una forma de crear imágenes de los órganos y los tejidos internos del cuerpo. Una pequeña cantidad de una sustancia azucarada radiactiva se inyecta en el cuerpo del paciente. Esta sustancia azucarada es absorbida por las células que utilizan la mayor cantidad de energía. Debido a que el cáncer tiende a utilizar energía de manera activa, este absorbe una cantidad mayor de la sustancia radiactiva. Luego, una exploración detecta esta sustancia para generar imágenes del interior del cuerpo. Un médico especialista en medicina nuclear interpreta la imagen. Un médico puede usar esta técnica para observar tanto la estructura del tumor como la cantidad de energía que absorben el tumor y los tejidos sanos.
Si después de 1 o más pruebas por imágenes, el médico decide que es posible que el linfoma esté afectando la médula ósea, es posible que este recomiende que se realice una biopsia de médula ósea.
Aspiración y biopsia de médula ósea. Estos 2 procedimientos son similares y suelen realizarse al mismo tiempo para examinar la médula ósea. La médula ósea tiene una parte sólida y una líquida. En la aspiración de médula ósea se extrae una muestra del líquido con una aguja (se obtiene grasa medular o tuétano y sangre) . La biopsia de médula ósea consiste en la extirpación de un pequeño cilindro de tejido sólido con una aguja.
Luego, un patólogo o hematopatólogo analiza las muestras. Un hematopatólogo es un patólogo con formación especializada en linfoma, leucemia y otros tipos de cáncer de la sangre. Un lugar frecuente para realizar una aspiración de médula ósea y una biopsia es el hueso pélvico, el cual está ubicado en la región lumbar junto a la cadera. Antes de esta intervención, se anestesia la piel de dicha área con medicamentos, a pesar de esto el paciente puede tener dolor, por tanto, si existe la posibilidad de sedación para el procedimiento se puede solicitar. El paciente también puede recibir otros tipos de anestesias para bloquear la sensibilidad al dolor.
A menudo, el linfoma se disemina a la médula ósea; por lo tanto, observar una muestra de médula ósea puede ser importante para el diagnóstico del linfoma y la determinación de su estadio. El médico también puede usar la muestra retirada durante la aspiración para hallar cualquier cambio cromosómico.
Pruebas moleculares del tumor. Es posible que el médico recomiende realizar análisis de laboratorio en una muestra tumoral y/o de médula ósea, a fin de identificar genes específicos, proteínas y otros factores específicos de la enfermedad. Los resultados de estas pruebas ayudarán a decidir si sus opciones de tratamiento incluyen un tipo de tratamiento denominado terapia dirigida o de precisión. Existen varios tipos de pruebas moleculares y genéticas:
La citogenética estudia los cromosomas sanos y anormales de las células cancerosas que se dividen.
La hibridación fluorescente in situ (fluorescent in situ hybridization, FISH) usa sondas fluorescentes bajo un microscopio especial para detectar cambios en cromosomas específicos.
La citometría de flujo analiza las proteínas que se encuentran en la superficie o dentro de una célula cancerosa.
La inmunohistoquímica (IHQ) es un proceso de tinción especial que observa las proteínas de la superficie de la célula cancerosa o de su interior.
La reacción en cadena de la polimerasa (polymerase chain reaction, PCR) detecta secuencias específicas del ADN que ocurren en algunos tipos de cáncer.
El perfil molecular extendido se utiliza para evaluar cambios en genes específicos de las células tumorales.
Después de que se realicen las pruebas de diagnóstico, su médico revisará todos los resultados con usted. Si el diagnóstico es LNH, estos resultados también ayudan a que el médico describa el subtipo y el estadio del LNH.
Descripción general del tratamiento de los diferentes tipos de Linfoma (LNH o LH)
En la atención del cáncer, a menudo trabajan juntos distintos tipos de médicos para crear un plan de tratamiento integral de los pacientes que combine distintos tipos de tratamientos. Esto se denomina equipo multidisciplinario como UTIL (Unidad de Tratamiento Integral del Linfoma y mieloma) en ONCOGEN. Los equipos de atención del cáncer incluyen una variedad de otros profesionales de la atención médica, por ejemplo, auxiliares médicos, enfermeros de oncología, trabajadores sociales, farmacéuticos, asesores, dietistas y otros.
Existen 4 tratamientos principales para el LNH:
a) Quimioterapia
- Radioterapia
- Inmunoterapia, como anticuerpos monoclonales
- Terapia dirigida o de precisión, con medicamentos más nuevos que bloquean determinadas funciones de la célula del linfoma
A menudo, los pacientes reciben una combinación de estos tratamientos. En ocasiones, el médico y el paciente pueden considerar una cirugía o el trasplante de células madre.
A continuación, se describen estas opciones de tratamiento. Las opciones y recomendaciones de tratamiento dependen de varios factores, entre ellos:
- El tipo y el estadio del Linfoma
- Posibles efectos secundarios
- las preferencias del paciente y su estado de salud general. Este punto es muy importante, ahora el/la paciente debe opinar sobre sus preferencias que serán respetadas por el equipo que lo tratará.
Su plan de atención también puede incluir tratamiento para los síntomas y los efectos secundarios, una parte importante de la atención del cáncer. Tómese el tiempo para obtener información sobre todas sus opciones de tratamiento y asegúrese de hacer preguntas sobre cosas que no estén claras. Hable con su médico acerca de los objetivos de cada tratamiento y lo que puede esperar mientras recibe el tratamiento. Obtenga más información sobre cómo tomar decisiones sobre el tratamiento.
Espera vigilante
Algunas personas con linfoma indolente quizás no necesiten ningún tratamiento inmediato si su estado general es bueno y el linfoma no les causa síntomas o problemas en otros órganos. Esto se conoce como espera vigilante, a la que a veces se denomina vigilancia y espera o vigilancia activa. Durante la espera vigilante, los médicos supervisan de cerca a los pacientes mediante exámenes
físicos, TAC/RMN o PET/CT u otras pruebas por imágenes y análisis de laboratorio realizados de forma periódica. El tratamiento solo comienza si los síntomas o las pruebas indican que el cáncer está empeorando; es importante señalar que en estos casos en particular el retrasar la quimioterapia y proporcionar una vigilancia en algunas personas con linfoma indolente no afecta las probabilidades de supervivencia, si bien se recomienda un seguimiento cuidadoso y regular.
Quimioterapia
La quimioterapia es el uso de fármacos para destruir las células cancerosas, generalmente al poner fin a su capacidad para crecer y dividirse. Es el tratamiento principal para el LNH y LH. Un hematólogo, que es un médico que se especializa en el tratamiento de los trastornos de la sangre, son los que administran la quimioterapia. La mayoría de las veces, un hematólogo es el principal especialista en cáncer para la atención de las personas con linfoma.
Radioterapia
La radioterapia es el uso de rayos X, electrones o protones de alta potencia para destruir células cancerosas. El médico que se especializa en administrar radioterapia para tratar el cáncer se denomina radio-oncólogo. El tratamiento con radioterapia para el LNH o LH siempre es de haz externo, que es aquella que se aplica desde una máquina externa al cuerpo.
Un régimen o programa de radioterapia, por lo general, consiste en una cantidad específica de tratamientos que se administran durante un período determinado.
Por lo general, la radioterapia se administra después o como complemento de la quimioterapia, en función del subtipo de LNH o LH. Se administra más frecuentemente a pacientes con linfoma que está localizado, lo que significa que afecta solamente a 1 o 2 áreas adyacentes, o que tienen un ganglio linfático particularmente grande, generalmente, de más de 7 centímetros. También se puede recetar para el tratamiento del dolor o en dosis muy bajas (solamente 2 tratamientos) a los pacientes con enfermedad avanzada que presentan síntomas localizados que pueden ser aliviados con radioterapia.
Si Usted busca saber más de estos dos tipos de linfoma por favor acercarse a su médico o pueden asistir a ONCOGEN que cuenta con UTIL (Unidad de Tratamiento Integral del Linfoma y mieloma) donde existe un grupo de médicos que con gusto lo atenderán y resolverán sus dudas.